
Me llamo Pablo Villagrán y no soy psicólogo.
Reconozco que soy un tipo raro.
Bueno, así nos llaman muchas veces a los que no somos como el resto.
A veces suena guay eso de ser diferente, pero no siempre es así.
Cuando te sales de lo común, más vale que tengas un don, porque si no es así…
Te vas a sentir muy solo.
Más aún si has estado en la cárcel como yo.
Pero eso te lo cuento luego.
En realidad la soledad no depende de la compañía.
Por ejemplo, puedes tener muchos amigos y sentirte vacío.
¿Sabes qué?
Escuchar música me pone la piel de gallina.
Bueno, no todas las músicas.
También me encanta pasear por la playa en invierno…
o mirar las estrellas en el silencio.
El arte.
El olor de la naturaleza.
Los animales…
¡Qué rollo te estoy soltando! ¿no?
Lo cierto es que, cuando conecto con esos momentos parece que el tiempo se parase.
¿A ti no te pasa?
Hace unos años mi vida cambió
Este titular es poco original pero es la verdad. Mi vida cambió y te lo voy a contar.
Vivía en Madrid y quería comerme el mundo trabajando en la publicidad y el marketing.
Estaba enfocado en lograrlo.
Todo el mundo me reconocería por mis anuncios y triunfaría (ese era mi sueño en voz alta).
Lo tenía clarísimo.
Y… ZAS!!
Era un día cualquiera.
Bueno, cualquiera no.
Fue justo dos días antes de la boda del príncipe Felipe.
Camino del trabajo sentí que algo me ocurría.
Estaba fuera de control y sentía dolor de estómago y sensación de ahogo.
Me sentí tan grave que acudí al médico de urgencia.
Resultado: me echó una bronca porque mi problema no era de urgencia.
Diagnóstico: crisis de ansiedad.
¿Qué?
– No entiendo nada. Si yo no tengo estrés ni ansiedad (eso creía yo).
El problema fue a mayor.
Yo me negaba a aceptar que mi cabeza y sistema nervioso dominasen mi vida.
Tenía planes y no los iba a parar.
Error.
Cuanto más forzaba, más ansiedad, estrés y crisis tenía.
Pues al final, tuve que cambiar de planes.
¿Encuentras la relación con la alta sensibilidad?
Estuve en la cárcel
Mi cárcel se llamaba agorafobia.
En realidad, no estoy del todo de acuerdo con ese diagnóstico, pero es lo que mejor describe lo que me sucedía.
Miedo a salir de casa.
Yo y mis miedos.
Me creé mi propia cárcel sin barrotes.
Estuve dos años sin salir de casa.
Fueron tiempos muy duros.
La vida hace sus planes mientras nos jodemos si no los comprendemos.
Con el tiempo los entiendes, pero vaya. Podía haber elegido la vida otra forma de enseñarnos.
Por lo visto en mi caso, no.
De psicólogo en psicólogo y tiro porque me toca
Me resistí y estuve de especialista en especialista. Empecé con cardiólogos, estomatólogos y psiquiatras.
Pero todas las flechas apuntaban al mismo lugar.
Vé al psicólogo!!!
Y fui a uno de ellos.
A uno y luego a otro y luego a otro.
De todas las orientaciones.
Conductuales, cognitivos, terapia breve, gestalt, etc.
De todos los olores y sabores.
Todos me ayudaron en algo.
Bien porque me sirvieron sus consejos, o bien porque no me sirvieron.
Tiene gracia, pero se aprende muchísimo descartando lo que no te ayuda.
Y ¿qué descubrí?
Eureka!!!
Mi estilo de vida y mis sueños (y puede que el ego) jugaba en contra de mi salud.
Daba igual lo que mi cabeza quisiera y cuales fueran mis sueños.
La vida me había dicho STOP y al final tuve que parar.
Y mira que aguanté…
«Si no aprendes a gestionar tu alta sensibilidad, el rasgo llamará a tu puerta en forma de crisis» Frase mía.
Luego he estado probando herramientas de todo tipo.
Recuerdo iniciarme en la meditación budista cuando aún nadie hablaba del mindfulness.
Me hice precoz en muchos temas de desarrollo personal porque no tuve más remedio que buscar técnicas y respuestas.
Años y años después…
Mi sufrimiento tenía sentido
Todo el dolor e incomprensión que viví y todas las terapias que experimenté deberían de ser útiles para más personas.
Y así fue como se cerró el círculo cuando conocí la alta sensibilidad.
Todo tenía sentido.
Las piezas ahora encajaban.
Y así comencé un camino de vuelta.
Hasta comprender que no debí ignorar a mi naturaleza sensible.
Y puedo decir que llegado a este punto, lo he logrado.
No ha sido fácil pero con dedicación todos podemos aprender a gestionar el rasgo.
Y ¿advinas?
Desde entonces ayudo a otras personas que se encuentran perdidas.
Aunque tengo una formación extensa lo que más me sirve para ayudar a otros PAS es mi propia historia.
Aquí puedes reserva una sesión si quieres.
Me gusta escuchar a las personas.
¿Sabes a cuánta gente PAS he tenido la suerte de ayudar?
Entre correos, grupos de PAS, la asociación, los encuentros, las consultas…
No te exagero si te digo que más de 8.000
Además de eso colaboro con grupos de investigación y sacamos nuevas conclusiones.
Todos parecidos y todos distintos.
A pesar de que cada PAS es diferente hay asuntos que se repiten.
Y ahí es donde puedo aportar y dar sentido a lo que he vivido.
Trabajo fundamentalmente en la consultoría y el coaching para PAS.
No puedo guardar mi experiencia para mí solo. Siento que debo compartirlo.
No hay secretos mágicos ni un método infalible. Cada persona es diferente pero hay cosas que funcionan cuando tienes quien te acompañe.
Y aquí seguiré
Cuando en España casi nadie hablaba de los PAS ya estaba yo metido de lleno en este mundo tan fascinante.
Me ha dado tiempo de fundar la asociación Española de Personas Altamente Sensibles y administrar el mayor grupo de PAS en Facebook en habla hispana.
También celebrar seis encuentros nacionales PAS España, y haber conseguido que tengamos el World HSP Day.
Todo eso desde entonces.
Y lo que queda por llegar.
Pronto saldrán a la luz nuevas investigaciones científicas con las que he tenido el gusto de colaborar.
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Por suerte he podido representar a la comunidad PAS en todos los medios nacionales conocidos e incluso en algún medio internacional.
El País, Cadena SER, la1 de TVE, El Mundo, Cosmopolitan, Muy interesante, Onda Cero, Lamenteesmaravillosa, Diario de León, Diario de Cádiz, y muchos más…
Radio, prensa y televisión.
Más de lo que nunca hubiese imaginado.
Le mandé una carta a la ONU
Un día tuve la loca idea de que el mundo tuviese un día para la sensibilidad.
Le escribí a la ONU.
También estuve en el Ministerio de Asuntos Exteriores de España e incluso en la puerta del Congreso de los Diputados.
La locura era iniciar una campaña de recogidas de firmas en Change.org.
Recorrimos toda España en coche con nuestra pancarta.
2 años después conseguimos las 10.000 firmas.
Gracias a eso, el 6 de octubre es el día de la alta sensibilidad.
Lo conseguimos porque no sabíamos que era imposible.
¿Qué me motiva a hacer lo que hago?
Es sencillo.
Amo lo que hago.
I am a dreamer but I am not the only one. John Lenon
Tengo tres niños, y soy presidente de mi comunidad de vecinos.
También estoy en el consejo escolar y sigo estudiando en la universidad.
¿Cómo lo hago?
Tu eres mi motivo.
Puede sonar cursi pero es que es la verdad.
Pero yo no siempre fui así.
Es cierto que siempre he sentido las emociones profundamente.
Pero.
¿De qué me servía empatizar y sentir si luego quedaba atrapado por las emociones?
La diferencia es que ahora me siento realmente empoderado.
Estar empoderado para mí tiene más que ver con la calma y paz interior que con la fuerza física.
Mi fortaleza viene de dentro.
Del convencimiento de que “El mundo cambiará cuando hablen los que permanecen callados”.
Esa frase es mía. De verdad de la buena.
Quiero que un día te olvides de mí
En serio.
Quizás suene esto muy egocéntrico. Te explico.
Mi experiencia me dice que muchas personas necesitamos ayuda solo para recuperar la persona que fuimos.
Amo ayudar a la gente.
Ayudar a empoderarse.
Ayudar a independizarse.
Ayudar a volar y que se olviden de mí.
¿Has escuchado eso de que cada uno de nosotros tiene una misión que hacer en esta vida?
Suena muy repetido quizás, pero yo me lo creo.
Sentir eso, me ayuda a conectarme desde lo más profundo de mí y tomar una energía que antes no hubiese soñado.
Yo nunca me imaginé ser entrevistado por Cosmopolitan o incluso dar conferencias en la Universidad.
Si yo hubiese sido una persona modelo quizás sería fácil imaginarlo pero mi vida no fue así.
¿Alguna vez has estado tan desesperado que pensaste que tu vida aquí no aportaba nada?
Pues yo sí lo llegué a pensar.
Suena duro e incluso siento algo de pudor al decirlo pero es que es así.
Lo que cambia todo, es que quizás mi experiencia ayude a otras personas a no sentirse tan raras, tan extrañas, tan solas y tan desesperadas.
Si mi trabajo ayudase a una única persona en el mundo, solo con eso, mi labor ya tendría sentido.
Cada mes dejo libre unas pocas sesiones en mi agenda para consultoría y coaching. Son pocas, así que si te interesa estaré encantado de escucharte. Quiero reservar una sesión